Desde 2010 en Argentina se vacuna de manera gratuita y obligatoria a todas las niñas de 11 años contra las  cepas de HPV 16 y 18,  responsables del 70% de los casos de cáncer de cuello de útero.

En un primer momento la vacuna aplicada era Cervarix y a partir de 2014 fue reemplazada por Gardasil,  que agregó la protección contra las cepas 6 y 11, responsables de la mayoría de los casos de verrugas genitales.

La vacuna es preventiva y está indicada para ser colocada previo al inicio de las relaciones sexuales, cuando aun no ha habido contacto con el virus.  Sin embargo, muchas jóvenes ya iniciadas sexualmente también se la colocan.